Casa Granero es un lugar encantador con arquitectura histórica y un diseño contemporáneo. La dueña, Bea, es una persona interesante y perceptiva. Cada mañana sirve un desayuno generoso y delicioso, lo que hizo que nuestra estancia fuera aún más especial.

No tengo nada negativo que mencionar.

La dueña tenía un vasto conocimiento local y ofrecía un desayuno abundante. Recomendamos pedir sugerencias para rutas de senderismo.

La casa tiene habitaciones espaciosas y bien equipadas, lo que facilita una estancia cómoda. El desayuno es variado y sabroso, lo que fue un gran comienzo para nuestros días. Sin embargo, notamos que el estado general de las habitaciones podría mejorar y el servicio fue un poco cuestionable en cuanto a que no atendieron un par de quejas que tuvimos.

La habitación era muy cómoda y

bien decorada, lo que contribuía al ambiente encantador del hotel. Beatriz, la dueña, fue increíblemente acogedora, siempre dispuesta a compartir consejos sobre la región. El desayuno, abundante y delicioso, fue un gran momento del día. Sin embargo, el ruido del pasillo fue un poco molesto durante la noche.

Un alojamiento encantador con habitaciones amplias y una chimenea que hace la estancia muy acogedora. La dueña es muy cariñosa y proporciona fantásticas recomendaciones para explorar la zona. El desayuno es variado y generoso. sin embargo, puede volverse repetitivo si te quedas varios días, y hay un poco de ruido del pasillo que afecta la privacidad. notamos que las escaleras pueden ser agotadoras tras un día de exploración. Sin duda, una experiencia memorable en un lugar con mucho potencial.

Las vistas al Peñalara son espectaculares, pero las paredes son muy finas.

Simplemente encantador! Así que acogedor y bonito, tal como el lugar que lo rodea, tal un rincón acogedor para disfrutar de Rascafría.

Casa granero es genial. La ubicación es perfecta, muy cerca de Madrid. La habitación es amplia y siempre calientita gracias a la chimenea. El desayuno es abundante y delicioso, con la encantadora Beatríz que te hace sentir como en casa. Me encantan las recomendaciones de rutas que nos dio.

Lo recomendaría, pero las camas y el sofá pueden mejorar.

La casa tiene mucho encanto y todo está súper limpio. Además, puedes disfrutar de momentos de relajación junto a la chimenea o en el precioso jardín. Las escaleras al llegar son un poco cansadas después de un día de senderismo, pero realmente no afecta la experiencia. ¡No olvides probar las hamburguesas de trufa de la carnicería del pueblo! 😊

Las habitaciones son bastante amplias y confortables, con una cama cómoda que te hace sentir bien. Las vistas al Peñalara son espectaculares, perfectas para desconectar y disfrutar de la naturaleza.

El olor en las zonas comunes proviene de la carnicería cercana, lo que puede ser bastante desagradable. La acústica entre habitaciones es un problema. se oye todo, lo que se vuelve incómodo si buscas un poco de privacidad. Además, el desayuno podría ser más variado. en nuestra experiencia, fue bastante simple y la atención durante la comida resultó un poco intrusiva, dificultando una conversación tranquila.

Los gofres malteados dorados en el desayuno son de otro mundo. Además, la amabilidad de la anfitriona hizo que nos sintiéramos como en casa, y las increíbles vistas al pueblo y la posibilidad de disfrutar de la chimenea fueron un auténtico lujo. Y ojo, ¡la cercanía a restaurantes como La Fanega de Roque y el Bar El Potro hacen que la experiencia culinaria sea aún mejor!

Una pequeña crítica, las escaleras al llegar pueden ser un tirón, pero al final, el buen rollo del lugar lo compensa todo. noté que las camas necesitaban un poco de amor. No obstante, todo brilló en el ambiente acogedor de Casa Granero.

recomendaría el lugar sin duda alguna for unas vacaciones de fin de semana,

acogedora habitación, encantadora anfitriona, con un desayuno delicioso que incluye productos frescos y locales, además de contar con un acceso fácil a rutas de senderismo que permiten explorar la belleza natural de los alrededores.

Que no pude quedarme más tiempo.

la estancia en rascafría fue maravillosa. la habitación era amplia, limpia y contaba con una chimenea que la hacía acogedora. disfrutamos del desayuno nutritivo y las recomendaciones de rutas de la dueña.

el baño necesitaba mejor limpieza.